Inyección nanotecnológica con células madre para "reparar" los huesos.

Estamos hablando de nanotecnología y células madre para reparar el hueso y el cartílago. Sí, es el futuro, pero ya está aquí.

En un futuro próximo la medicina física junto con terapias biológicas podría tener nuevas áreas a su alcance con posibilidades sorprendentes. Una de ellas es guiar por métodos físicos a partículas nanométricas que contienen fármacos o células madre hasta el lugar de una lesión y una vez allí hacer, también por métodos físicos (como por ejemplo los ultrasonidos) que esas partículas los liberen.

No es ciencia ficción, está pasando ya y si vamos a hablar del futuro podemos ponernos serios: si es terapia física (y biológica) una parte nos corresponde a los especialistas en medicia física. ¿Cómo hace la física que una partícula o corpúsculo diminuto vaya a la parte del cuerpo que queremos tratar y libere allí su contenido?
En un futuro no muy lejano, como les decía, los médicos podrán reparar huesos y articulaciones dañadas con un simple pinchazo en el brazo.
En estos momentos, un equipo de científicos de la Universidad Keele, en Inglaterra, está probando en ratones una inyección de células madre que, una vez dentro del cuerpo, pueden ser manipuladas por imanes, que las dirigen hacia las zonas dañadas para que desarrollen nuevos huesos y cartílagos. 

El objetivo de este experimento es crear un tratamiento para los pacientes con heridas y artritis.

Según explica Alicia El Haj -quien trabajó de manera conjunta con John Dobson, ambos profesores de la misma universidad de Keele- la aplicación nanotecnologica patentada por Magnecell podría ingresar en una fase de prueba en seres humanos dentro de cinco años, y unos pocos más en llegar a la clínica habitual.

Si los resultados son positivos, este tratamiento permitiría tratar una serie de enfermedades sin necesidad de recurrir a cirugías invasivas o fármacos demasiado poderosos.

La inyección será elaborada con las células madre del mismo paciente, tomadas de su médula ósea.

Estas células mesenquimales recibirán primero un tratamiento en el laboratorio, donde se les aplicará una capa de partículas magnéticas diminutas.

Combinación

Estas partículas nanomagnéticas ya fueron aprobadas en Estados Unidos, donde se utilizan regularmente como un agente para facilitar la lectura de las imágenes de resonancia magnética (MRI, por sus siglas en inglés).

Los campos magnéticos designados pueden luego mover las células dentro del cuerpo, dirigirlas a lugares específicos y entrar en acción sin necesidad de medicinas u otros estímulos bioquímicos.

“El objetivo final es reparar cartílago y hueso. Hemos logrado hacer crecer hueso nuevo en ratones. Ahora trataremos de ver cómo reparar partes dañadas en cabras”, afirmó Al Haj y añadió que esperan iniciar pruebas en seres humanos en los próximos cinco años.

Según el profesor John Tobias, de la Sociedad para la Investigación de Huesos del Reino Unido (Bone Research Society) y de la Universidad de Bristol, “las células madre capaces de regenerar huesos y articulaciones enfermas pueden ser aisladas y se las puede hacer crecer fuera del cuerpo, lo difícil es colocarlas en el lugar del cuerpo exacto, donde son necesarias”.

“La técnica desarrollada por el equipo de Keele, por el cual se le agregan a la célula pequeñas partículas magnéticas en el laboratorio, es una forma interesante de resolver el problema, aumentando las posibilidad de -mediante imanes- maniobrar las células para dirigirlas hacia la posición correcta”.

Mientras estos experimentos con animales tienen lugar, otro equipo de expertos de la Universidad de Southampton, en Inglaterra, liderado por el profesor Richard Oreffo, trató a cuatro pacientes con problemas en la cadera con terapias con células madre.

La técnica que emplearon estos científicos combina células madres de la médula espinal del propio paciente con células madre de la médula de donantes, para reparar huesos que de otra manera hubiesen requerido un tratamiento con clavos y placas metálicas.

Estos expertos creen que es tan sólo cuestión de pocos años hasta que este método pueda ser utilizado de forma regular en el Reino Unido con pacientes que sufren roturas de cadera.

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