Imánes que capturan células cancerígenas
Los autores del estudio, investigadores del Instituto Tecnológico de Georgia, esperan que esta técnica proporcione, algún día, un modo de detectar y, posiblemente, incluso tratar el cáncer de ovario metastásico.
Unas nanopartículas magnéticas recubiertas con una molécula dirigida especializada han sido capaces de reconocer células cancerosas en ratones y expulsarlas del cuerpo. Los resultados se describen en un estudio publicado en línea este mes en la revista Journal of the American Chemical Society.
En el caso del cáncer de ovario, la metástasis se produce cuando las células abandonan el tumor principal y flotan libremente en la cavidad abdominal. Si los investigadores pudieran utilizar las nanopartículas magnéticas para atrapar estas células cancerosas a la deriva y extraerlas del fluido abdominal, podrían predecir e incluso evitar la metástasis. Aunque las nanopartículas se han probado en el interior del cuerpo de ratones, los autores prevén un dispositivo externo que extraiga el fluido abdominal del paciente, filtre magnéticamente las células cancerosas y, a continuación, devuelva el fluido al cuerpo. Tras la operación quirúrgica para extraer el tumor primario, el paciente se sometería al tratamiento para eliminar cualquier célula cancerosa que haya quedado. Los investigadores ya están desarrollando un filtro como este y probándolo en el fluido abdominal de pacientes humanos con cáncer.
«Es posible que no sea necesario introducir las partículas en el cuerpo del paciente», señala John McDonald, funcionario científico principal del Ovarian Cancer Institute de Georgia Tech y autor del trabajo. «Sería preferible, porque así no hay que preocuparse de una posible toxicidad».
Para probar la nueva tecnología, los investigadores inyectaron primero células cancerosas y, a continuación, las nanopartículas magnéticas en la cavidad abdominal de los ratones. Las células cancerosas se señalaron con un marcador fluorescente de color verde y las nanopartículas con uno de color rojo. Cuando el equipo acercó un imán a la barriga de cada ratón, apareció un área concentrada de brillo verde y rojo bajo la piel, indicando que las nanopartículas habían atrapado las células cancerosas y las habían arrastrado hacia el imán.
Este experimento muestra que las nanopartículas pueden atrapar al menos algunas células cancerosas en el interior cuerpo, sin embargo, todavía no está claro qué proporción exactamente pueden captar y extraer. Está prevista la realización de pruebas para comprobar con exactitud dicha proporción.
Fuente: Journal of the American Chemical Society, Instituto Tecnológico de Georgia y euroresidentes.com